No importa cuántas balas reiteren los planos verticales de mi tierra
El espacio circundante es la retórica elemental de la liberación
Basta con sucumbir los miedos para lanzar luciérnagas de papel
Los respectivos colores que identificaron a cada uno de mis valientes descifraron:
Volemos: Este mundo se consumirá en su propio fuego
La abstracción de sus mágicas representaciones de amor voló en la noche fría cuando sonaron las campanas del toque de queda
Al medio de la cena se enfría la confianza como un petardo en el corazón
Como rayos aparecen las detonaciones en su cabeza ensangrentando la mínima posibilidad de permanecer
Se inter-ponen y escurren por la cortina de flores rota
Mama tumba se ha llevado todos los colores al cielo y en sus venas lleva la tristeza
¡Sí! Qué triste se oye la lluvia afuera
El enemigo lucha contra sí mismo, le apunta a su mendacidad
Y las campanas ahogan toda su fuerza para contener sus latidos lejos del eco nocturno
Los besos esperanzados se esconden sobre los tejados y dirimen todo sacrificio
La gracia es la presencia de lo divino en cada uno de nuestros actos
¡GENOCIDAS HIJOS DE PERRA!
La des-gracia la llevamos en los dispositivos de la psique
Pero mi deseo es estallar todas las venas del dominio y la represión
Valientes infantes, trepados en las ramas de los arboles hacen posible la melodía de la vida sosteniendo las cuerdas de su guitarra con los rostros camuflados
Seguirán contando miles de estrellas sobre la madera calcinada en memoria de los amigos que yacen en el río
Y los que nacerán del sol bajo la tierra.
