domingo, 25 de abril de 2010

Yesterday was dramatic, today is ok.



En ese amanecer despertaba con la ansiedad que irradia en mi tranquilidad, que puede llegar a perfilar mi día entero.
La impotencia se desplazaba como la sangre por mis venas.
Divague en mi mente, pude ir entre las nubes en mi aerostático y el sonido del viento pudo mitigar aquel arranque desmesurado.
Me queda claro que entre el regocijo y el desengaño hay una línea muy delgada, tanto que se pierde en mi ambivalencia esa lucha dramática e imperante, por trasgredir cualquier emoción que amenace mi voluntad, mi confianza.
Reflexiono, me tomo mi tiempo, la prisa desvirtúa mi sendero.
Al final de los días, el espíritu sonreirá por otras melodías, es lo que merece el valor.
Los huesos no serán más que fósiles en un hoyo negro, y la carne carcomida. Huesos, carne, carne.
Persistiré en mi equilibrio, la fuerza yin no me complace del todo.
Disfrutare sin temor a lo irracional, a lo imaginario, a las emociones. ¿Dualidad? Seguiré los instintos para definirla, para entenderla.