Nunca dejas de asombrarte de la ciudad que habitas
Sus extensiones, latitudes y divergencias
Los polos que cruzan el río sin mojarse
Los cerros mutilados para ocupar su mitad con lugares emblemáticos
Las hojas de los arboles caen hacia otra dirección
Ni siquiera el viento encuentra la posición correcta porque no la hay
Se deshace en las rutas perdidas entre arquitecturas tan absurdas
Entonces, hay que crear nuevas formas de respirar
Formas no-humanas, formas espectroscópicas e incandescentes
Nuestra inspiración nos llevará más lejos de lo que hay
detrás de ese cerrito junto a la última calle
Más lejos que el rayo de sol que entra por la ventana
y evoca recuerdos trascendentales
Porque el camino es interior, único e irrepetible
Desde aquí el atardecer me ha secuestrado
Como ha secuestrado a la electricidad
Invisible, la luz lo vuelve todo más hermoso
El contraste del negro profundo de los cerros
con el cielo claro, tan hermosamente espectral, tan lejano de la urbe
Esta belleza arraigada en lo más puramente natural de la existencia
Donde las niñas viajan en la lluvia y los niños son serpientes peleando con espadas
En el límite de la ciudad algo ha sucedido
El mundo como voluntad de los sueños y promesas vivas
El mundo como quimeras y sonrisas vivas
Pero hay algo más hermoso aun, y es que
los niños y las niñas poetas no pertenecen a ningún movimiento
más que al de la tierra en el universo
Dejemos que los ismos enloquezcan y enterrémoslos
hacia el abismo
Porque la poesía nace del corazón, dijo un niño
Y pregunté:
¿Qué significa eso?
Qué la poesía es como un amigo –dijo otro niño-
Siempre te acompaña.