martes, 3 de mayo de 2011

¡Paren al mundo! o lo paro yo


Veo padecer en mis semejantes una ceguera que parece irremediable, como un mar de leche que ahoga los corazones de almidón
Corazones de los cuerpos derramando gotas de vida sobre las calles imaginarias
Cuerpos golpeados por otros cuerpos sobre la agonía de la miseria
Somos la parábola de los males del capitalismo
Somos la parábola del tiempo
Viajamos durante vidas distintas desterrados de distintas tierras
Somos aquí, ahora, los últimos habitantes de esta esfera donde la noche amanece y me platican los ancestros iluminándola
Y es que son y serán las nuevas generaciones quienes espiren un nuevo aliento de supervivencia
El hombre en aislamiento languidece
El hombre en aislamiento es un ser intrapersonal que aletarga su evolución
Es un ser que no cuestiona, no comunica, no proyecta un cambio que es inherente a su evolución
La fisonomía que nos une está enterrada
Está enterrada en los pozos junto a los ecos de nuestros difuntos
Donde las resonancias hacen temblar a esta tierra acribillada
Y donde sus cicatrices se abren en todos los sures y todos los nortes
Y es que somos las nuevas generaciones quienes heredamos un mundo desahuciado
-¡Paren al mundo! ¡Me quiero bajar!- Grita una niña desesperada
-¡Ya Basta!- grita una madre huérfana, porque también las madres son huérfanas de hijos
Pero hemos de cortar todos los lazos biogenéticos
Comeremos los cordones umbilicales y escupiremos diamantina de colores
Y vamos a volar en unicornios de papel
Presidiremos un nuevo tiempo
¡Un nuevo tiempo!
Un nuevo tiempo de un nuevo mundo
Un nuevo mundo donde recapitulemos una nueva fisiología
Donde las voces serán las nuevas armas de (cons)trucción
Un nuevo mundo donde las voces purifiquen todos los cielos
Donde las aves canten y su canto eléctrico apague los incendios de su naturaleza
Porque la nueva tipología de identidad será universal
Porque la sangre será cósmica
Como la música que renace, la sinfonía de los siglos de los siglos
Porque la gente dice que tus sueños son las únicas cosas que te salvan
Los sueños donde escribiremos en las hojas de los arboles fluorescentes con raíces de sonrisas
Será nuestra realidad benévola
¡No queremos que destruyan nuestros sueños!
¡No queremos que callen nuestras voces!
No queremos cuerpos derramando sus gotas de vida sobre las calles imaginarias
Jhonnatan lo sabe y augura que el amor incondicional será la defensa de nuestra época
Él ha apagado el ego y ha encendido la voluntad
Porque no existirá ningún mal que traspase nuestra sangre de diamantina
Tan brillante que iluminará los cielos como estrellas binarias
Porque lo sé y no fue un sueño
Las estrellas me lo dijeron y lloré por dentro
Mis lágrimas hicieron un mar de presagios y nadé hasta el fondo
Y las anguilas eléctricas bailaron conmigo revelándome sus secretos
Pude ver lo etéreo y lo eterno de la vida
Pude detener al mundo



y rotarlo con mis dedos luz neón.





Fotografía: Tierney Gearon