sábado, 3 de diciembre de 2011

Alebrijes del Maclovio Rojas

Nunca dejas de asombrarte de la ciudad que habitas

Sus extensiones, latitudes y divergencias

Los polos que cruzan el río sin mojarse

Los cerros mutilados para ocupar su mitad con lugares emblemáticos

Las hojas de los arboles caen hacia otra dirección

Ni siquiera el viento encuentra la posición correcta porque no la hay

Se deshace en las rutas perdidas entre arquitecturas tan absurdas

Entonces, hay que crear nuevas formas de respirar

Formas no-humanas, formas espectroscópicas e incandescentes

Nuestra inspiración nos llevará más lejos de lo que hay

detrás de ese cerrito junto a la última calle

Más lejos que el rayo de sol que entra por la ventana

y evoca recuerdos trascendentales

Porque el camino es interior, único e irrepetible

Desde aquí el atardecer me ha secuestrado

Como ha secuestrado a la electricidad

Invisible, la luz lo vuelve todo más hermoso

El contraste del negro profundo de los cerros

con el cielo claro, tan hermosamente espectral, tan lejano de la urbe

Esta belleza arraigada en lo más puramente natural de la existencia

Donde las niñas viajan en la lluvia y los niños son serpientes peleando con espadas

En el límite de la ciudad algo ha sucedido

El mundo como voluntad de los sueños y promesas vivas

El mundo como quimeras y sonrisas vivas

Pero hay algo más hermoso aun, y es que

los niños y las niñas poetas no pertenecen a ningún movimiento

más que al de la tierra en el universo

Dejemos que los ismos enloquezcan y enterrémoslos

hacia el abismo

Porque la poesía nace del corazón, dijo un niño

Y pregunté:

¿Qué significa eso?

Qué la poesía es como un amigo –dijo otro niño-

Siempre te acompaña.

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